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JOSÉ LUIS TORRES-CHACON
A pesar de la importancia que desde diversos sectores se le ha otorgado al capital publi-
co y a la inversion publica en infraestructuras de apoyo al sector privado de la econom^a, no
ha sido hasta fechas relativamente recientes cuando la literatura economica, tanto teorica
como emprnca, se ha preocupado en analizar cuantitativamente su importancia sobre el cre-
cimiento economico. A nivel teorico ya se hatian realizado algunos desarrollos en los cua-
les se incorporaba el capital publico (infraestructuras) a la funcion de produccion agregada
de la econom^a a principios de la década de los 70, como los trabajos de Arrow y Kurz
(1970), Weitzman (1970) y Pestieau (1974). Sin embargo, es a partir del trabajo de Barro
(1990), cuando se recuperan estos primeros intentos y se produce un considerable aumento
del interés por introducir en los modelos de crecimiento el capital publico como input adi-
cional a los privados. Barro (1990) introduce el gasto publico en la funcion de produccion
con rendimientos constantes a escala, mostrando que no existe transicion hacia el estado es-
tacionario, si bien considera al gasto publico como una variable flujo, en lugar de una varia-
ble stock. Posteriormente, se han producido una gran cantidad de desarrollos teoricos como
los realizados por Barro y Sala-i-Martin (1992), Finn (1993), Glomm y Ravikumar (1994),
Cashin (1995) y Bajo (2000), entre otros, en los que se incorpora de alguna forma el capital
publico en la funcion de production agregada de la econom^a. Asi, por ejemplo, Glomm y
Ravikumar (1994) introducen el concepto de capital publico, si bien suponen que se depre-
cia totalmente periodo a periodo, lo que en la practica equivale a considerar el capital publi-
co como una variable flujo como en Barro (1990). Por su parte, Cashin (1995) desarrolla un
modelo en el cual se considera al capital publico como una variable stock.
El primer analisis empirico sobre los efectos del capital publico es el realizado por Mera
(1973) para la econom^a japonesa. Mera (1973) estima diferentes funciones de production
del tipo Cobb-Douglas en la que se incluye el capital publico para las 9 regiones de Japon,
para diferentes sectores productivos y para distintos tipos de capital, obteniendo un valor
medio de la elasticidad del nivel de produccion respecto al capital publico de 0,2 (0,22 para
el sector primario, 0,2 para el sector industrial, 0,5 para los transportes y las comunicaciones
y entre 0,12 y 0,18 para el sector servicios).
Posteriormente, Ratner (1983) realiza un analisis similar estimando una funcion de pro-
duccion donde también se incluyen tres factores productivos: trabajo, capital privado y ca-
pital publico, para el caso de Estados Unidos, usando datos del periodo 1949-1973, obtenien-
do una elasticidad del nivel de produccion respecto al capital publico de 0,058 (mientras que
la elasticidad respecto al capital privado que obtiene es del 0,22). Sin embargo, no es hasta
el trabajo de Aschauer (1989) cuando resurge con fuerza la literatura tanto teorica como em-
pmca sobre el tema. El trabajo de Aschauer (1989) tuvo una gran repercusion debido a que
avanzo la idea de que la ralentizacion en el crecimiento de la productividad registrada en Es-
tados Unidos a partir de la década de los 70 era debida a la disminucion en el stock de capi-
tal publico, as^ como a que sus resultados reflejaban la existencia de una muy elevada elas-
ticidad del nivel de produccion respecto al capital publico. Aschauer (1989) obtiene que en
torno al 60% de la ralentizacion en el crecimiento de la productividad en Estados Unidos se
detian a la disminucion en la inversion publica en infraestructuras, estimando un valor de la
elasticidad de la produccion respecto al capital publico entre 0,25 y 0,56, con un valor medio