Cien anos atras un hombre salvo
Wall Street (*)
por Alejandro Gomez, profesor de
Historia I y II, UCEMA.
a primera crisis que afectô a Wall
Street en el siglo XX tuvo sus inicios
en el otono de 1907 cuando la situaciôn
financiera estaba al borde del colapso.
En esa circunstancia, ante la ausencia de insti-
tuciones federales encargadas de salir al resca-
te de los bancos, quien llevô a cabo el salvataje
financiero fue John Pierpont Morgan. Nacido en
1837, Morgan era hijo de banqueros y habιa sido
educado para desempenarse en ese ambiente.
Ya a comienzos del siglo XX sus propiedades lo
vinculaban no sôlo con el mundo de las finanzas
sino también con los ferrocarriles y el acero, y
para ese entonces habia pocos intereses en Wall
Street que no tuvieran que ver con sus empresas.
A mediados de 1907 se encontraba en su
mansiôn de Richmond (Virginia), donde recibia a
diario informes sobre la situaciôn financiera en
New York. Morgan consideraba que la causa de
la incipiente crisis era la persecuciôn que habia
desatado el presidente Theodore Roosevelt con-
tra los trusts. Esta politica del gobierno creô una
fuerte desconfianza en los inversores, quienes
recortaron notablemente sus créditos, lo cual
provocô que a mediados de 1907 las obligacio-
nes de muchas de las grandes compamas fueran
practicamente insostenibles.
El detonante de la crisis fue una jugada que
realizô un especulador de Wall Street, Augustus
Heinze, presidente del Banco Nacional Mercantil,
quien en octubre de ese ano tratô de monopolizar
las acciones de la United Cooper Co. Si bien su
intento prosperô al comienzo, al cabo de unos po-
cos d^as las acciones cayeron dramaticamente.
Esto hizo que su banco y las empresas subsidia-
rias, al no poder hacer frente a sus obligaciones
ante la estrepitosa ca^da en el valor de las accio-
nes de la United Cooper, debieran cerrar.
La ca^da del valor de las acciones significô
un problema adicional para los trust que ante la
primera corrida no tendrîan efectivo para respon-
der. Los ahorristas rapidamente percibieron la
crisis y comenzaron a retirar sus depôsitos de los
bancos. Mientras tanto J.P. Morgan permanecia
en Richmond, consciente de que si retornaba a
New York crearîa una desconfianza aûn mayor.
De todos modos, esta estrategia no pudo man-
tenerse en el tiempo debido a la gravedad de la
crisis. Morgan debiô regresar a New York en oc-
tubre para “poner orden” y organizar las finanzas
en Wall Street. J.P. Morgan convocô a los mas
destacados financistas, banqueros y empresarios
de aquel momento con el fin de crear un fondo
de salvamento para enfrentar las crisis. Mientras
tanto, el Gobierno Federal reaccionô diciendo que
sôlo podria colaborar cuando los bancos nacio-
nales y los intereses privados estuvieran unidos.
En respuesta a esto, al dia siguiente Morgan en-
viô una ayuda de veinticinco millones de dôlares.
De todos modos, esto no fue suficiente para
frenar la corrida ya que la gente seguia retiran-
do sus ahorros de los bancos. Por su parte, éstos
exig^an la devoluciôn de los préstamos y cortaban
sus lmeas de crédito, lo que a su vez agravaba
aûn mas la situaciôn. La escasez de crédito afec-
tô también a la Bolsa de Valores. El 24 de octubre
el presidente de esta instituciôn debiô pedirle
fondos al propio Morgan para que la Bolsa no
(*) La presente nota fue publicada en el diario
El Cronista Comercial el d^a 6 de julio de 2009.
Un relato mas detallado de este caso se puede
ver en: Daniel Gross, 1997, Historias de Forbes.
15 relatos de empresarios que cambiaron la
manera como vivimos y hacemos negocios hoy,
Editorial Norma: Bogota.
Ante la primera gran crisis que
afecto a Wall Street en el siglo XX,
el Gobierno Federal reacciono
diciendo que solo podna colaborar
cuando los bancos nacionales y
los intereses privados estuvieran
unidos. En respuesta a esto, al d^a
siguiente Morgan envio una ayuda
de veinticinco millones de dolares.
debiera cerrar sus puertas ese d^a. Morgan sa-
^a que si ello ocurrîa la crisis serîa aûn peor. Por
este motivo, nuevamente convocô a una serie de
bancos y financistas, y les propuso reunir vein-
ticinco millones de dôlares en diez minutos. Al
poco tiempo logrô su objetivo y prestô el dinero a
poco menos del 10%, lo cual constituyô un shock
de confianza para la Bolsa y otras instituciones
bancarias.
Revista UCEMA
27